Una reacción ofensiva en el cierre de la sexta entrada permitió a Magallanes tomar una ventaja que jamás perdió, y ahora están en la punta igualados de nuevo con Leones
Sandoval pegó hit y anotó una en su debut
Sandoval pegó hit y anotó una en su debutCARACAS.- El triple de Michael Ryan en el sexto inning ganó para Magallanes la serie particular contra el Caracas y el primer lugar de la clasificación. Con razón lo celebró como si hubiere dado la tabla de ganar el campeonato.
Ese mazazo a lo profundo del right coronó el racimo de cuatro carreras que le permitió a Valencia despedirse del careo privado ante los Leones con una sonrisa de oreja a oreja. Ahora la galera no tiene que mirar a nadie desde abajo y desde ayer lleva a bordo a Pablo Sandoval.
Fue el quinto triunfo de la nave en siete duelos ante los capitalinos en esta temporada y el inicio exitoso de la era Sandoval, el jugador que inició el racimo turco con un machucón insignificante que se transformó en el infieldhit que incendió la pradera luego de una situación de dos outs, bases limpias y empate a dos.
Por vigésima sexta vez en 49 series ante los felinos los filibusteros alzaron los brazos, tendencia acentuada a partir de los noventa. Desde la zafra 93-94, en la que Magallanes le ganó la final al Caracas, 12 de las 17 contiendas ante los metropolitanos han sido controladas por la novena carabobeña.
El Dios del beisbol al que ha hecho referencia el mánager Carlos García escogió caminos misteriosos para bendecir al Magallanes con el copón de la victoria. El sexto acto parecía controlado por Guillermo Moscoso tras dominar a Erold Andrus y Reegie Corona y obligar al slugger Sandoval a dar un rodadito por tercera. Solo que el machucón de “Pandoval” se mantuvo en tierra fair y el bigleaguer llegó a primera. Él, que dio 25 jonrones y 43 dobles en las mayores, se estrenó como hiteador en el torneo con un sencillo al cuadro.
Así como el Amazonas nace con un chorrito de manantial, el ramillete de los Navegantes se inició con esta blanda conexión que luego se transformaría en río caudaloso. Richard Hidalgo – que había sacado la bola en el primer episodio con uno a bordo- tomó cuatro malas y vino Ryan, encendido últimamente tras superar un leve bajón. Moscoso cometió el error de ponerlo en tres y dos y al venir por la zona “El Soldado” disparó a quemarropa.
La línea salió tendida, y aunque parecía que Josh Kroeger iba a hacer otra gran jugada como la que realizó ante Corona en ese mismo sexto inning, esta vez la esférica cayó y los eléctricos pisaron se fueron arriba 4-2.
“Me lanzó unas cinco rectas seguidas y me acostumbré a la velocidad”, habló Ryan sobre su tribey. “Estaba pensado en un cambio de velocidad, pero vino con la recta y por suerte pude conectarla a lo profundo del parque”.
Moraleja para Moscoso: en la variedad está el gusto, también en el beisbol. “No me estaba sintiendo muy bien en el plato, pero las cosas están cambiando”, dijo Ryan, quien se había fustigado a sí mismo al momento de entrar en slump. Más tarde vendrían sencillos impulsores del emergente Marcos Vechionacci ante Moscoso y de Elvis Andrus contra Orber Moreno que cambiaron el score a 6-2.
Carlos Enrique Hernández estaba a prueba. Otra salida mala, como las dos anteriores, y su puesto en la rotación quedaba pendiendo de un hilo. Carlos García dijo antes del juego que esos eran los momentos cuando los peloteros debían probar de qué estaban hechos. Y Hernández aprobó el examen con buena nota: cinco innings, una rayita limpia, cuatro ponches. Esa es la madera del zurdo.
“Yo siempre he confiado en él”, dijo el piloto de la nao cabriólense. “Si no fuera así no hubiese tenido la oportunidad de lanzar este juego. Esto es lo que le pedimos a los lanzadores abridores del equipo, porque el bullpen ha estado bien. En este punto del campeonato es lo que pido. Él me dijo: ‘no pierdas la confianza en mí’ y yo le dije: ‘nunca la he perdido’. Demostró que es un pitcher para grandes juegos”.
Ese mazazo a lo profundo del right coronó el racimo de cuatro carreras que le permitió a Valencia despedirse del careo privado ante los Leones con una sonrisa de oreja a oreja. Ahora la galera no tiene que mirar a nadie desde abajo y desde ayer lleva a bordo a Pablo Sandoval.
Fue el quinto triunfo de la nave en siete duelos ante los capitalinos en esta temporada y el inicio exitoso de la era Sandoval, el jugador que inició el racimo turco con un machucón insignificante que se transformó en el infieldhit que incendió la pradera luego de una situación de dos outs, bases limpias y empate a dos.
Por vigésima sexta vez en 49 series ante los felinos los filibusteros alzaron los brazos, tendencia acentuada a partir de los noventa. Desde la zafra 93-94, en la que Magallanes le ganó la final al Caracas, 12 de las 17 contiendas ante los metropolitanos han sido controladas por la novena carabobeña.
El Dios del beisbol al que ha hecho referencia el mánager Carlos García escogió caminos misteriosos para bendecir al Magallanes con el copón de la victoria. El sexto acto parecía controlado por Guillermo Moscoso tras dominar a Erold Andrus y Reegie Corona y obligar al slugger Sandoval a dar un rodadito por tercera. Solo que el machucón de “Pandoval” se mantuvo en tierra fair y el bigleaguer llegó a primera. Él, que dio 25 jonrones y 43 dobles en las mayores, se estrenó como hiteador en el torneo con un sencillo al cuadro.
Así como el Amazonas nace con un chorrito de manantial, el ramillete de los Navegantes se inició con esta blanda conexión que luego se transformaría en río caudaloso. Richard Hidalgo – que había sacado la bola en el primer episodio con uno a bordo- tomó cuatro malas y vino Ryan, encendido últimamente tras superar un leve bajón. Moscoso cometió el error de ponerlo en tres y dos y al venir por la zona “El Soldado” disparó a quemarropa.
La línea salió tendida, y aunque parecía que Josh Kroeger iba a hacer otra gran jugada como la que realizó ante Corona en ese mismo sexto inning, esta vez la esférica cayó y los eléctricos pisaron se fueron arriba 4-2.
“Me lanzó unas cinco rectas seguidas y me acostumbré a la velocidad”, habló Ryan sobre su tribey. “Estaba pensado en un cambio de velocidad, pero vino con la recta y por suerte pude conectarla a lo profundo del parque”.
Moraleja para Moscoso: en la variedad está el gusto, también en el beisbol. “No me estaba sintiendo muy bien en el plato, pero las cosas están cambiando”, dijo Ryan, quien se había fustigado a sí mismo al momento de entrar en slump. Más tarde vendrían sencillos impulsores del emergente Marcos Vechionacci ante Moscoso y de Elvis Andrus contra Orber Moreno que cambiaron el score a 6-2.
Carlos Enrique Hernández estaba a prueba. Otra salida mala, como las dos anteriores, y su puesto en la rotación quedaba pendiendo de un hilo. Carlos García dijo antes del juego que esos eran los momentos cuando los peloteros debían probar de qué estaban hechos. Y Hernández aprobó el examen con buena nota: cinco innings, una rayita limpia, cuatro ponches. Esa es la madera del zurdo.
“Yo siempre he confiado en él”, dijo el piloto de la nao cabriólense. “Si no fuera así no hubiese tenido la oportunidad de lanzar este juego. Esto es lo que le pedimos a los lanzadores abridores del equipo, porque el bullpen ha estado bien. En este punto del campeonato es lo que pido. Él me dijo: ‘no pierdas la confianza en mí’ y yo le dije: ‘nunca la he perdido’. Demostró que es un pitcher para grandes juegos”.
Fuente: http://www.liderendeportes.com/Noticias/?id=90875&sid=67
Sábado 28 de noviembre de 2009 0:17 AM
Por Carlos Valmore Rodríguez y Octavio Hernández Pernía y Valencia
Foto Edixon Gamez
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