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"Samurái" Histórico

Con un largo batazo anoche en el tercer inning, Álex Cabrera igualó el récord de Baudilio Díaz de 20 jonrones en una zafra
Dio el batazo ante 7.177 personas en el Universitario

CARACAS.- Los flashes de los celulares parecían antorchas de luz mortecina, pero eran tantos que plenaban cual enjambre de luciérnagas gran parte de la tribuna central del estadio Universitario. 

La samba golpeaba sin parar su furia multiforme y 7.177 personas querían ser testigos inusitados de una hazaña que se iba presagiando. “Al bate, Álex Cabrera, El Samurái, orgullo de El Tigre”, anunció con su vozarrón, Atilano Hidalgo, locutor interno de Tiburones. 

En el primer turno le dieron cuatro malas. No pasó nada. A pesar de haberse embasado, la gente estaba salivando, quedaron con el gusto en el paladar. 

Continuó la acción y en el segundo turno al bate, con uno en base, tercer inning, el juego abajito, perdiendo La Guaira, le tocó de nuevo asir el madero. Eddie McKiernan estaba en el morrito. Los tambores reventando el ambiente. Atilano animando a más no poder. Cabrera caminaba lentamente hacia la caja de bateo, mostrando su 38. Él solo colmaba la escena. 

Alzó el bate, dobló la espalda, y la lanza en ristre, preparado para el ataque. Bola la primera, 1-0. Luego, dejó pasar el pitcheo, strike. Cuenta en 1-1. Todo parecía predestinado para el estacazo. Swing, le pegó ¡pum! Lo demás era historia. Un segundo y medio después la gente comenzó a gritar, la samba rompió los cueros, las gargantas se enronquecieron de la alegría y Cabrera exultante cruzaba el home para emparejar el récord de Baudilio Díaz. 

“En el primer turno no estaba tan concentrado en halar la pelota, estaba más concentrado en chocarla. Estaba más balanceado, con el hombro pegado y poder pegarle”, dijo el “Samurái”, después de terminar el partido. 

Mientras avanzaba muchos metros aquella señora blanca chorreante de alegría por doquier, cuando cae en el cemento lejano el recorrido en las bases era algo sublime. Un momento de gloria. Jonrón 20 del torneo. Hazaña lograda. “Fue una recta arriba del home. Después de seis pitcheos se tenía que equivocar. Y aproveché ese error”, destacó el oriental.

Ahora falta esperar el 21, el que lo llevará a la gloria, el que hará posible que selle con el bronce de los inmortales, una carrera llena de hazañas, poder y malabares. “Cuando estaba en El Tigre era de una familia humilde. En ese momento, cuando firmé, me dije a mí mismo que sería grande”. ¡Y vaya que lo está cumpliendo! 

Al final el partido lo perdieron los Tiburones 8-7 ante Caribes de Anzoátegui, pero la fanaticada escuala se fue contenta a su casa.

Por: Alfredo Villasmil F. - Foto: Carlos Ramírez
14/12/2013 11:55:30 p.m.

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