Recent News

10/recent/ticker-posts

Header Ads Widget

La Serie del Caribe: Un evento improvisado y apasionante

Los equipos venezolanos ostentan siete títulos entre 1949 y 2009. ¿Podrán los Leones repetir la hazaña de los Tigres de Aragua del año pasado?
Leones del Caracas campeones de la temporada 2009 2010

La Serie del Caribe suele ser descrita como la "Pequeña Serie Mundial", en alusión al clásico de octubre en las grandes ligas.
La comparación puede parecer inapropiada aunque ambas no dejan de tener algunas similitudes. Sobre todo en el espíritu que envuelve ambos eventos. Hay quienes sostienen que la Serie Mundial no es más que una recompensa, un postre, por conquistar el gallardete de la Liga Nacional o la Americana, luego de una larga y extenuante campaña de 162 juegos. Lo mismo pudiera decirse de la Serie del Caribe.
Y no es que ese carácter festivo empañe la seriedad que tiene la competencia, pero sólo basta observar a los peloteros que asisten a la serie para darse cuenta de cómo asumen el torneo.
Fiesta.
Si tuviesen la oportunidad de acudir a una jornada inaugural, y darse una vuelta por el terreno mientras los cuatro equipo se preparan para los actos protocolares, lo comprobarán. Abrazos, apretones de mano, saludos, conversaciones para ponerse al día sobre lo ocurrido en las últimas semanas, prevalecen por encima del supuesto ambiente competitivo que caracteriza a los torneos deportivos.
La Serie del Caribe, que comienza mañana en la isla de Margarita con los Leones del Caracas como campeones de Venezuela y anfitriones de los conjuntos representantes de Dominicana, México y Puerto Rico, no será una excepción.
Por ello, existe la creencia de que el conjunto que atrape la corona, será aquel que tome las cosas con más "seriedad", lo que tampoco es completamente cierto. Lo decimos por experiencia. En 1994 presenciamos la Serie del Caribe organizada en Puerto La Cruz.
El representante dominicano --los Tigres de Licey-- estaba alojado en nuestro hotel a media cuadra del Paseo Colón. Por ello, no costó mucho percatarnos cómo una gran parte del elenco, ingresaba a sus habitaciones minutos antes de que saliera el sol luego de pasar las horas previas en un local nocturno que se hallaba frente la hotel. Aún así, Licey se proclamó campeón de la serie.
¿Predicciones? Es esa esencia impregnada de alegría lo que también dificulta prever qué puede pasar en la serie. En primer lugar, las novenas asistentes se desdibujan. Por las restricciones impuestas por las organizaciones de las mayores, por el deseo de uno que otro pelotero de descansar un par de semanas antes de tener que viajar a los entrenamientos primaverales, o porque simplemente no desean asistir, los cuatro monarcas llegan al compromiso trastocados en otro elenco que dista mucho de aquel que se proclamó.
Por ejemplo, a la hora de redactar esta nota, no teníamos la certeza de quiénes conformarían la nómina del Caracas que trataría de darle por primera vez a la Liga Venezolana de Beisbol Profesional dos coronas del Caribe consecutivas. El año pasado los Tigres de Aragua triunfaron en Mexicali. Por esa y otras razones que tienen que ver con la naturaleza del juego, los representantes locales sólo acumulan siete títulos a través de la ya larga historia de la serie que se alista para efectuar su edición 52.
Además del Aragua en 2009, el Caracas ganó en 1982 y 2006, el Magallanes en 1970 y 1979 y el Zulia en 1984 y 1989.
Testigos de excepción.
Por obra de la casualidad, tuvimos la oportunidad de presenciar cómo cinco de esos equipos venezolanos ocuparon el primer lugar. En 1970 como aficionados nos acomodamos en los bancos del estadio Universitario para ver cómo Armando Ortiz descargaba un cuadrangular ante el cubano Miguel Cuellar para que el Magallanes derrotara 3 a 1 a los Leones de Ponce y se encaminara así desde la primera fecha hacia la corona. Fue una serie celebrada con mucho fervor por los parroquianos que distribuyeron su tiempo entre los partidos y el carnaval.. Marcó el reinicio del evento luego de su suspensión en 1960 y colocó al circuito en la historia tras no poder ganar ninguna de las primeras doce ediciones.
En 1982 viajamos a Hermosillo junto al Caracas investidos de corresponsal de El Nacional . Independientemente del material de sus tres rivales, existían pocas dudas sobre el buen papel que podrían hacer los Leones con el catcher Baudilio Díaz, el jonronero Antonio Armas, los jardineros Luis Salazar y Leonel Carrión, el camarero Steve Sax y el campocorto Ron Gardenhire y el pitcher Luis Leal, entre otros y bajo la dirección de Alfonso Carrasquel. Así fue. Caracas consiguió el gallardete con marca de 5 y 1 mientras siete de sus integrantes formaban parte del "Todos Estrellas" del evento.
La corresponsalía de El Nacional nos envió a San Juan de Puerto Rico en 1984 y a Mazatlán en 1989 detrás de las Águilas. En San Juan, una memorable actuación de Manuel Lunar para someter 3 a 2 desde la lomita a los Indios de Mayagüez aseguró el trofeo, pero cómo olvidar aquellos cabildos del alto mando de las Águilas para decidir si Anthony Shines debía continuar como defensor de la tercera base o en su lugar colocar a Luis Salazar. Hoy todavía pensamos que esa decisión del manager Rubén Amaro ­poner a Salazar- selló el destino del Zulia.
Las Águilas que volaron a Mazatlán fueron dirigidas por Pete Mackanin aunque el arquitecto del futuro campeón del Caribe fue Pompeyo Davalillo, que fungía como gerente general. Davalillo se apoyó en su afectiva relación con los peloteros de La Guaira que habían crecido a su paso por los Tiburones y varios reforzaron al Zulia. Entre ellos Gustavo Polidor, que pasó a nuestro lado antes de ir a batear en la parte alta del décimo tercer acto frente al Escogido de Dominicana. Minutos después dio un cuadrangular solitario para que Zulia triunfara 8 a 7 y se adueñara del título. El jonrón de Polidor fue una manifestación más de por qué el béisbol tal vez sea el más impredecible y desconcertante de los juegos de equipo. En sus 2.050 turnos al bate en el circuito local, jamás sacó una pelota del parque.
Entre Maracay y Valencia observamos cómo el Caracas se imponía invicto en sus seis presentaciones. Una manifiesta expresión de dominio, aunque el lance que capturó para siempre el título pareció extraído de un guión cinematográfico de ficción: un doble de Henry Blanco, que antes de remolcar la carrera del triunfo en el sexto y decisivo encuentro, pegó en la cabeza del infielder dominicano Erick Aybar.
Si a ver vamos, la Serie del Caribe no podía ser de otra manera. No inventamos el beisbol, pero lo sazonamos.
Le dimos ese toque que hace de esta "Pequeña Serie Mundial" una puesta en escena empapada de realismo mágico como aquella pelota que golpeó la cabeza de Aybar antes de convertirse en un tubey decisivo.
¿Qué nos aguardará en Margarita desde mañana y hasta el domingo?.

Fuente: http://www.el-nacional.com/www/site/p_contenido.php?q=nodo/120382/4to. Bate/La Serie del Caribe: Un evento improvisado y apasionante
01 de febrero 2010 07:06 pm - Humberto Acosta/El Nacional
Foto Henry Delgado

Publicar un comentario

0 Comentarios