Por tercera ocasión consecutiva, quinta en los últimos seis años, la imagen es la misma para cerrar el campeonato: celebración de los Tigres "Es difícil comparar los títulos que hemos logrado, pero éste, sin duda alguna, es bastante especial", estimó Buddy Bailey, el capitán de una tropa que se ha llevado cinco de los últimos seis títulos.
"Llegar a Caracas con la obligación de ganar los dos juegos y haberlo hecho, es todo un logro", alaba Bailey a sus guiados, quienes tuvieron que emplearse a fondo desde principio a fin de la zafra.
"Lo importante es que todos lucharon con el corazón, se entregaron por completo en el terreno y no hay nada mejor que eso", explicó Bailey.
El tricampeonato de los Tigres, le puso la guinda a una campaña que parecía ser la soñada para los Leones del Caracas. Tras un paseo en la ronda eliminatoria, donde ganaron por primera vez en más de 30 años, 40 juegos, los melenudos tenían en sus hombros, la etiqueta de grandes favoritos para llevarse el cetro.
Los premios de la campaña así lo resumieron: tanto el Manager del Año como el Más Valioso, reposaron en la cueva de los caraquistas.
Pero en la semifinal la paridad fue la gran protagonista. Ningún equipo terminó de desprenderse y por ello se tuvo que jugar por segunda ocasión, una jornada extra para definir los dos finalistas.
Este round robin estuvo enmarcado por el enfrentamiento del 5 de enero en Maracay, entre Leones y Tigres.
Aquel pelotazo a Jesús Guzmán, desató una serie de dimes y diretes que colocaron al rojo vivo la postemporada.
Frank Kremblas se metió en el ring, con aquellas declaraciones en contra de los Tgres, a quienes llamó "niñitas y lloronas". Los aragüeños respondieron al tildar de "payaso e irresponsable" al estratega de los melenudos.
La batalla más allá de las líneas, lo que hizo fue darle aún más morbo a la última recta de la campaña, porque el destino volvió a unir a Leones y Tigres en la final.
Salvo algunos casos aislados, como el asunto de Héctor Giménez en contra del lanzador importado Brad Knox, en el tercer juego, ambos equipos se limitaron a una lucha deportiva para definir quién era el mejor de la zafra.
La final fue tan pareja, que pudo haberse inclinado para cualquier bando. Y para beneplácito de los aragüeños, la moneda cayó en su favor tras siete exigentes desafíos.
Allí le tocó a los pupilos de Bailey, saldar cuentas con el Caracas y su manager, pues al saberse campeones, saltaron al terreno de juego, el mismo que sirvió de fortín para Leones en la regular, y gritaron a todo pulmón "¡lloronas, niñitas!".
Más que levantar cejas, el gesto fue ya, una previa de lo que se podrá ver en las campañas siguientes, pues esta rivalidad entre Leones y Tigres, tocó un terreno delicado en la 2008-2009.
La forma de celebrar de los Tigres, también demuestra que a pesar de su dominio en la década, esto no implica facilidad en el terreno de juego.
Es que cada mes de enero, este equipo se las arregla para ser el que ríe de último.
Fuente: http://deportes.eluniversal.com/2009/02/01/beive_art_tigres-rieron-de-ult_1250083.shtml
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