Salsa y beisbol en el Poliedro

Oscar D León mostró en escena lo bien que se encuentra en un show donde cantó y bailó junto a su hijo, y celebró la victoria de su equipo

Era difícil concentrarse en la edición latina del Solid Fest de este viernes. Con la final del beisbol venezolano en paralelo, la atención estaba dividida. Se trataba del juego decisivo entre los eternos rivales, Caracas-Magallanes, el que nadie quería perderse. En el espacio reservado para las ruedas de prensa de los artistas, los organizadores informaban cómo iba el partido. Incluso un fotógrafo sintonizó el juego en su teléfono celular y alrededor de él se aglutinaron varias personas.
En el concierto, muchos escuchaban la música por un oído y por el otro tenían un audífono por el que seguían la transmisión en vivo desde el estadio.
El show inició con el Tren Salsero, agrupación que sirvió de antesala para la presentación de Víctor Manuelle, quien en más de una hora cantó éxitos como Tengo ganas, He tratado y Dile a ella, así como temas de su nuevo disco, Yo mismo.
Las pantallas gigantes sirvieron para que en la espera de Gilberto Santa Rosa el público siguiera las incidencias del partido de beisbol. El juego iba 4-2, a favor de los capitalinos.
Gilberto Santa Rosa se impuso en escena con un sonido mucho mejor equalizado que el de su antecesor, una orquesta y coros bien ensamblados. Con un popurrí de sus grandes éxitos inició la presentación: Déjate querer, Un montón de estrellas, Yo no te pido, Conciencia y una excelente versión de Caballo viejo, de Simón Díaz, sonaron en este collage de temas.
El boricua presentó como padrino a un dúo de salseros que se hace llamar AG2.
Cuando interpretaba Me quiere enamorar, el Caballero de la Salsa sintió un barullo en la multitud: Caracas anotó una nueva carrera en el octavo inning. De inmediato y sin dejar de sonear, Santa Rosa comenzó a dedicar versos a los Leones y pedía que le avisaran cuando terminara el partido.
Incluso, el sonero prolongó un poco más su intervención para esperar los resultados del partido y cuando se supo del triunfo de los Leones, 7 carreras por 2, la euforia fue total. La celebración fue a ritmo de salsa y con uno de los consentidos del público salsero venezolano, quien interpretó más versos en honor a los campeones.
Ahora al bate, la leyenda. El Gran Combo de Puerto Rico, dirigido por Rafael Ithier, demostró por qué es una referencia en lo que se refiere a salsa. Los cantantes de la agrupación, fundada en 1962, entraron al escenario con la franela del equipo campeón y los aplausos no se hicieron esperar.
Charley Aponte (en el grupo desde 1973), Jerry Rivas (desde 1977) y Papo Rosario (desde 1980), se alternaron los diversos temas que interpretó el conjunto. A Caballo pelotero siguieron éxitos como Me liberé, Arroz con habichuelas, No digas que no y Ámame, así como la versión de El sediento, del venezolano Reynaldo Armas.
Para cerrar con broche de oro, a la 1:30 de la madrugada subió a la tarima Oscar D'León, quien regresó a los escenarios tras el infarto sufrido en diciembre. El Sonero del Mundo cantó, bailó y celebró la victoria de los Leones del Caracas, aunque sin lucir la camiseta del equipo, como se esperaba.
"¡Arriba los Leones!", gritó Oscar, al tiempo que agregó: "Le dimos leña y a mí sólo me dieron media hora".
El venezolano inició su show con Llorarás, para luego interpretar Yo quisiera, Param Pam Pam, Qué bueno baila usted y El Cachumbambé.
El público comenzaba a retirarse y Oscar decía: "Los que se están yendo son magallaneros", mientras seguía minuto a minuto cuánto le restaba de tiempo.
Con el Alma llanera y una lluvia de papelillos se despidió el salsero ante un público menos nutrido y extrañamente tranquilo ante una participación tan corta.
El Solid Fest siguió anoche con la propuesta urbana de reggaetón y culminará esta noche con el género pop.

Fuente: http://espectaculos.eluniversal.com/2010/01/31/til_art_salsa-y-beisbol-en-e_1746104.shtml
Por Ángel Ricardo Gómez - Foto Cheo Pacheco