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La madurez del Guti

Franklin Gutiérrez cambió de hábitos para desarrollarse aún más
El grandeliga venezolano, Franklin Gutiérrez, disfruta de su estadía en su casa, en Caracas, en su tiempo libre

La época en la que Franklin Gutiérrez hacía pelotas de papel e intentaba batear granos de maíz con un palo de escoba quedó atrás, así como su preferencia por despertarse al mediodía y salir en las noches a compartir con sus amigos en los restaurantes y locales de Caracas, sin restricciones ni miedo.
El de ahora es un Franklin Gutiérrez que recibe cajas de pelotas para regalar, que intenta conectar bolas a más de 90 millas por hora con bates de madera, que no duerme más allá de las diez de la mañana, y que lo piensa dos veces antes de salir de su casa en las noches, sobre todo cuando está en Venezuela.
"He cambiado. Ya soy una persona más madura, que piensa mucho las cosas antes de hacerlas", cuenta el jugador de los Leones del Caracas, sentado en la sala de su casa, en donde ha pasado la mayor parte de su tiempo en los últimos tres meses, luego de que por primera vez en su carrera profesional decidiera no jugar en el equipo de la capital del país.
"Esa fue una decisión difícil, pero fue parte de esa madurez que ya tengo, en la que sé cuáles son mis prioridades y qué es lo más recomendable para mí y mi familia", dice Gutiérrez, quien el pasado martes firmó un contrato por cuatro años y 20,5 millones de dólares con los Marineros de Seattle, equipo con el que actuó en 2009 y que en el pacto se quedó con una opción por un quinto año, en el que le tendría que pagar 7,5 millones más al venezolano.
"Por las negociaciones de este contrato es que él no jugó aquí este año, porque tenía que cuidarse y estar bien de la rodilla", comenta José Mijares, agente de Gutiérrez, mientras éste, sentado a su lado, asiente con la cabeza.
"Muchas veces la gente no entiende que uno es un ser humano y que a veces necesita descanso y compartir con su familia", dice Gutiérrez. "Claro que me hubiese gustado jugar con el Caracas y no tener que ver los juegos por televisión y perderme este gran momento del equipo, pero no pude", agregó.
Distracción y reencuentro
El descanso que tomó en esta temporada del beisbol venezolano le permitió al jugador, de 26 años de edad, realizar actividades que normalmente no puede hacer cuando está uniformado. "He estado mucho con mi esposa, con mi familia; he salido con mis amigos; he ido al cine, y he pasado mucho tiempo en la casa, que es una de las cosas que más me gusta", confiesa Gutiérrez, con una sonrisa cómplice, la misma que le sale cuando dice que le gusta comer mucho, bailar y estar a la moda, porque "siempre hay que lucir bien"; además de jugar videojuegos y hacer cosas grandiosas con los personajes que crea con su nombre y que "hacen cosas increíbles que ni el Franklin Gutiérrez de verdad puede hacer". También le gusta sorprender a su esposa, Viviana, cocinándole como le enseñó Leida, su mamá, cuando era un niño.

Limitaciones por la inseguridad
Ese placer de disfrutar de las cotidianidades de la vida, durante este tiempo de descanso, no ha podido ser completo.
"Es que muchas veces no puedo hacer todo lo que quiero por el tema de la inseguridad, eso limita mucho aquí, porque uno tiene que estar pendiente de la hora, de quién está al lado tuyo, de todo", comenta Gutiérrez, quien reconoce que esas medidas de previsión que ha tomado, así como su inactividad con el Caracas, han influido en el reconocimiento de sus fanáticos.
"Sí, los años anteriores en los que jugaba con el Caracas la gente me paraba más en la calle, ahorita no lo hacen tanto. Pero siempre hay una que otra persona que se me acerca, me saluda y me pregunta de beisbol", dice el grandeliga, mientras Tiny, su perra, corre por la sala de su casa buscando la pelotica que él le ha lanzado.
La mayoría de esas personas que han reconocido a Gutiérrez, en Caracas, son las que coinciden con él en los gimnasios a los que éste va. Y es que pese a no realizar actividades beisbolísticas en el país, él no ha dejado de lado su preparación física.
"Eso ha sido parte de la madurez que ahora tengo como persona y profesional. Antes no me enfocaba mucho en eso, pero ahora sí, porque sé lo importante que es. Ahora también como mejor, hago tres comidas antes de los juegos, anteriormente hacia una. Esos cambios me han ayudado a ser mejor", revela Gutiérrez, quien se confiesa una persona optimista, a la que no le gusta la soledad y que sólo le pide a Dios salud.

Fuente: http://deportes.eluniversal.com/2010/01/07/beigl_art_la-madurez-del-guti_1716760.shtml
Por Billy Russo - Foto Vicente Correale

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