Caribes de Anzoátegui: el triunfo de la humildad

La tribu se coronó campeón por primera vez en su historia al vencer a Aragua en un infartante séptimo duelo
Un título para la historia

PUERTO LA CRUZ.- Dos hombres que tocaron fondo le dieron su primer campeonato a un equipo que tocó fondo. Esa es la modestia intrínseca de Caribes de Anzoátegui, una novena que sin estrellas de las mayores, sin peloteros millonarios y sin el favor de los analistas derrotó al mejor equipo de Venezuela en el último decenio: los Tigres de Aragua. Veinte años de espera, dos décadas de frustraciones terminaron anoche delante de su público, que tras la atrapada histórica de Endy Chávez liberó mil kilotones de alegría sobre el turf del Alfonso “Chico” Carrasquel. Al fin la tribu reina, y Luis Jiménez y Alex Herrera fueron los encargados de la coronación.

Hace ocho meses, Jiménez estaba jugando en la liga caroreña porque nadie le dio trabajo en el verano. Se sentía frustrado, al punto de que hubo un momento en que lo único que hacía era “comer, ver televisión, engordar y llevar a los niños al colegio”. Este domingo lo designaron Más Valioso del primer título de Caribes al sonar tres jonrones y remolcar 12 carreras, cuatro de ellas en el crucial juego de anoche. Dos las remolcó con un jonrón ante César Ciurcina en el primer inning para que Anzoátegui tomara la delantera, que nunca más perdió. Y otras dos las trajo en el cuarto con un sencillo rastrero al right que puso distancia ante la arremetida de los Tigres. Empató la marca de más fletes en una final (con Adrian Garrett y Carlos Quintana) para redondear el mejor certamen de su carrera, en el que fue líder jonronero de la eliminatoria, Productor del Año y uno de los bates más productivos de la semifinal. Fue un largo y dichoso camino que comenzó con incertidumbre en Carora y terminó con excitación sobre la tarima campeonil colocada en el Chico Carrasquel. “Es el mejor momento de mi vida”, dijo el paleador zurdo.

Hace catorce meses, Alex Herrera estaba en la liga paralela luego de experimentar la campaña más atroz de su vida como jugador. No faltó quien pensara que lo iban a dejar libre. Trabajó, hizo el equipo y se convirtió en alfa y omega de la causa oriental al ganar el primero y el último juego de los indígenas en esta temporada. Muchas cosas pasaron entre aquel lauro logrado ante Magallanes la noche del 12 de octubre de 2010 y el conseguido contra Aragua el 30 de enero de 2011. Se lesionó y volvió, le negaron la pelota en el séptimo juego y cuando lo trajeron a relevar en el tercer detuvo una andanada felina que iba por tres carreras en ese episodio. No salió de la loma sino hasta el noveno tramo, luego de secar a Aragua a lo largo de 5.2 actos. Cierto que se cansó en las postrimerías, pero nadie puede quitarle que se agenció dos de los cuatro triunfos de Caribes, que salvó otro y conservó uno más con cuatro fabulosos relevos sin los cuales oriente no sería un carnaval hoy. Jiménez fue el JMV, pero una generosa porción de ese reconocimiento le corresponde al taponero zurdo. “Quería terminar el juego, pero estaba cansado”, señaló el serpentinero. “El beisbol engaña, tiene momentos buenos y malos y uno tiene que aprender a reponerse de los malos”, reflexionó el siniestro. “Tuve dos lesiones en la pierna, pero le dije al mánager: ponme en el bullpen que yo te voy a ayudar”. “Este premio es tan mío como suyo”, lo elogió Jiménez. Un pedacito también le toca a Josh Kroeger y a César Suárez, que remolcaron siete y ocho carreras respectivamente. Kroeger dio un vuelacerca de tres anotaciones que puso tierra de por medio ayer y Suárez también la botó. Ya van dos campeonatos seguidos en los que “La Pesadilla” festeja.

Hace cuarenta meses, Caribes estuvo a punto de desaparecer. Sus dueños no se ponían de acuerdo y poco faltó para que extrañaran a la franquicia del torneo. Hace doce meses lamían las heridas dejadas por una campaña horrible, en la que quedaron de últimos y su gente les dio la espalda mientras el estadio se les caía encima. ¿Caribes campeón? Se veía tan lejos como Mongolia. El gerente general Samuel Moscatel y el mánager Julio Franco eran novatos y casi ninguno de los bigleaguers estrellas que prometieron jugar lo hicieron. No hicieron falta. Ahí estuvieron Alexi Amarista, Eliézer Alfonzo, Jonathan Herrera, Ramón Ramírez, José Álvarez, Eduardo Figueroa, Juan Pablo Camacho. Entre todos ellos no ganan ni una octava parte de lo que devenga un astro del bigshow, pero para los fans de Caribes, que se reconciliaron con su novena, valen todo el oro del mundo. Toquita Mejías, fanática número uno de Anzoátegui a sus 91 años, no se irá al cielo sin haber visto un campeonato de la tribu. Por ella, por Caribes, por oriente, por el beisbol y por la humildad, salud.

Yo opino
Fue difícil escoger al Más Valioso. Es verdad que Luis Jiménez remolcó doce carreras y dio tres jonrones, pero los relevos de Herrera fueron demasiado importantes. Creo que el mánager Julio Franco debió sacar a Herrera en cuanto Raúl Chávez le sonó doblete en el noveno, pues se notaba cansado y con Aragua no se juega. Esos tipos no aceptan la derrota y estuvieron a punto de otra colosal remontada ante Herrera y José Cabrera, tanto así que lo que comenzó con una ventaja cómoda de 8-5 terminó 8-7 con la de irse arriba en circulación y Wilson Ramos, uno de los bates más temibles de la Liga, parado en el home. Qué cosa tan seria son estos Tigres, que te dan un zarpazo cuando creíste haberlos matado.

La clave
Todo lo que vino antes y después de Herrera en el pitcheo de Caribes fue insuficiente ante Aragua ayer. Él fue una isla de dominio, si bien comenzó su labor con un wild. Sin ponchar mucha gente, solo provisto de control y sangre fría, este veterano que comenzó la zafra como uno más terminó como una de las mejores historias de la final.

Fuente: http://www.liderendeportes.com/Noticias/Beisbol/Caribes-de-Anzoategui--el-triunfo-de-la-humildad.aspx
Carlos Valmore Rodríguez
Foto Octavio Hernández y Carlos Valmore Rodríguez
31/01/11 - 01:19 am